Historia
La orden de construir la villa de Segura en su actual emplazamiento fue dada por el rey Alfonso X de Castilla en el siglo XIII, siguiendo un plan estratégico de defensa.
Por aquel entonces Gipuzkoa pasó de ser Reino de Navarra a depender de Castilla. Eran tiempos de lucha y la villa tenía como objetivo proteger el Camino Real de San Adrián, situado en la frontera con Navarra. Este camino atravesaba Gipuzkoa de sur a norte hasta la costa, convirtiéndose Segura en una de las villas comerciales más importantes de los siglos XV y XVI.
Desde 1996, el casco histórico está declarado Conjunto Monumental Histórico Artístico, gracias al encanto medieval de su traza y a las edificaciones civiles y religiosas que lo conforman.
Casco histórico
El hecho de que el pueblo de Segura fuera construido con la intención de ser un pueblo defensivo trajo consecuencias claras en su arquitectura. Una de las principales características sería la muralla que rodearía toda la villa, dando al pueblo un aspecto morfológico de almendra o triángulo.
La muralla se complementaba con sus puertas de acceso, que servirían para entrar o salir de la villa. En total había cinco puertas o portales; la de Arriba o de Castilla, la de Abajo, la de Navarra, la Puerta Chica y el portal de Zerain. Hoy en día se mantienen en pie tres.
En el interior de la muralla, el solar donde se construyeron las casas se dividió inicialmente en partes similares, con una anchura de 8 metros y una profundidad acorde con la morfología del terreno. En cada una de estas parcelas se ajustaría una familia. Con el paso de los años, debido a las gradaciones sociales, a la presión demográfica y a los daños causados por los incendios, esta división del solar sufrió alteraciones: los señores construyeron palacios (también construyendo en solares adyacentes) y el pueblo llano tuvo que acomodarse en terrenos más pequeños.
Testigo de toda esta historia, es el Conjunto Monumental que descubrirá el visitante con casas de artesanos y campesinos anejos a palacios señoriales.